Jane's Addiction - << Ritual de lo Habitual >> (1990)
Set de canciones: 01. Stop! 02. No One's Leaving 03. Ain't no Right 04. Obvious 05. Been caught Stealing 06. Three Days 07. Then She Did... 08. Of Course 09. Classic Girl
Nota: 9-/10
Mejor Canción: Three Days
Vaya un disco más especial. Esto es lo primero que se me viene a la cabeza cuando pienso en "Ritual de lo Habitual".
Viajamos a los principios de la década de los 90. Red Hot Chili Peppers ya son famosos después de su "Mother's Milk", Faith no More están por el mismo nivel con su "The Real Thing", y los Jane's se habían ganado el cariño de los fans con su primer disco de estudio, "Nothing's Shocking". La escena alternativa se estaba haciendo un nombre y era el pistoletazo de salida de todas las bandas que surgirían en los 90. Igualmente las cosas ya no iban tan bien entre los Jane's Addiction. Las peleas en el seno de la banda eran ya un "ritual habitual" (lo sé, hoy no estoy muy inspirado), y el álbum fue realizado en un ambiente tenso y difícil. Las sesiones de grabación no se pudieron empezar en el momento deseado debido al enfado entre Farrell y Avery, así que se empezó a grabar el disco desde la base. Finalmente Farrell se decidió a entrar a grabar y se pudo concluir el trabajo. Durante las sesiones, el grupo se tomó un descanso de varios meses
antes de que se reanudase la grabación. Farrell, aunque brevemente,
estuvo en rehabilitación de drogas, mientras que Navarro, declaró
posteriormente que casi no tenía ningún recuerdo de trabajar en el álbum
debido a su adicción a la heroína. La gira de 13 meses que se hizo a posteriori para promocionar el álbum fue, según palabras de Farrell, "la mitad de la razón por la que acabamos siendo incapaces de soportarnos unos a otros".
Sabiendo esto sería fácil imaginar que los músicos compusieron temas mediocres y inacabados, fruto de la problemática situación en que se encontraban. Ocurrió justo lo contrario. Uno de los pros del disco es justamente que las canciones están realmente bien trabajadas, yo creo que incluso más que las de "Nothing's Shocking". Hasta el punto que pareciera que les bastaba una mirada para comunicarse mientras tocaban. Además, aquí no hay ningún experimento fallido ni nada hecho con prisas, los temas están interpretados de forma INMACULADA. Farrell canta con un sentimiento desbordante que no se volvería a ver, las letras son profundas y narran historias trágicas/místicas de su vida. La base formada por Avery y Perkins vuelve a ser desbordante, otorgando líneas de bajo pulsantes y ritmos de batería potentes y dinámicos. Y claro, Navarro. Lo que hace aquí Navarro es directamente de otro planeta. El tio es un as de la guitarra que entrega siempre grandes solos y riffs, incluso se considera su solo en "Three Days" uno de los mejores de la historia. Pero lo mejor de Navarro no son sus solos, sino el sonido que otorga a los temas, sobre todo a los 4 últimos, las baladas. Las capas de guitarra que crea le añaden el aire MÍSTICO que hace de este disco un sueño de fantasía a la altura del mejor Page.
El disco está claramente dividido en rockers y baladas. Los primeros 5 temas están caracterizados por guitarras aceleradas y movimiento. Los 4 últimos son la parte solemne del disco, y son en realidad el plato fuerte del menú, el material que hace de "Ritual de lo Habitual" la experiencia mágica que es.
"Señores y señoras
nosotros tenemos más influencia
con sus hijos, que tu tiene...
Pero los queremos
Creado y regalo de Los Angeles...
Juana's Adiction"
nosotros tenemos más influencia
con sus hijos, que tu tiene...
Pero los queremos
Creado y regalo de Los Angeles...
Juana's Adiction"
Los versos femeninos introductorios, de una gramática muy dudosa, ya son un clásico. Se trata de "Stop!", tema que inicia la senda rockera del disco con un "¡here we go!" por parte de Farrell. Destaca el sentido del ritmo que tiene el tema, gracias a una performance funky ajustada de Navarro y Perkins. Sin embargo me quedo con la sorprendente estrofa melódica que aparece en la mitad, muy calmada. Solo los Peppers del Blood Sugar podrían competir con una bomba de relojería como esta. "No One's Leaving" y "Ain't no Right" son los siguientes tracks y afianzan el buen nivel de adrenalina. Ambos son quizá un poco repetitivos pero por otro lado vemos a un Navarro en estado de gracia arrojando solos dinosáuricos a mansalva.
"Obvious" es un poco diferente. El rock desenfrenado ya no es la premisa principal sino que lo son los tintes místicos que tanto caracterizan al grupo. La voz de Farrell se funde con acordes de piano de fondo y con el prominente trabajo de Navarro, del que destaco esta vez el tono de guitarra que usa, evocando exóticos paisajes árabes. "Been Caught Stealing" es el momento más funky del disco y es quizá el tema que más éxito comercial obtuvo (pues es uno de esos temas que te alegran el día instantáneamente). La clave para que todo funcione es Perkins, con una base de batería SUPER ADICTIVA. Farrell nos narra una de sus pasiones aparte de la música: robar en grandes almacenes (merece la pena ver el videoclip para echarse unas risas).
Aquí acaba la primera parte del disco, que sin ser mediocre, pues los temas están llenos de detalles, no puede hacer competencia a los 4 últimos temas. Y es que esto es el verdadero núcleo de "Ritual de lo Habitual". El cambio radical de "Been Caught Stealing" a "Three Days" me sigue sorprendiendo hoy en día. El funk más descarado da paso a una oda elegíaca de 10 minutos monumental, que parece resumir toda la vida en unos acordes. Se trata de la historia de un fin de semana de sexo y drogas que pasaron Farrell, su novia y una tal Xiola Bleu, una amiga de Farrell que murió por sobredosis a los 19 años. El disco está dedicado a ella, y podemos ver que la conocida portada de las 3 esculturas desnudas (realizada a mano por Farrell) hace referencia directa a ese recuerdo. "Three Days" es una auténtica marea alucinógena imposible de describir (es probablemente el mejor tema de la banda). Ya ante el melancólico riff de guitarra inicial sabes que estás ante algo muy especial. Lo que fascina es la química entre los músicos, se podría decir que nunca una banda sonó tan unida, todo encaja, está perfecto tal y como está. Esta marea de cambios va "in crescendo" manteniéndote expectante, hasta la entrada del solo de Navarro. Ahh que sensación. Vaya un solo más revelador y apasionado, si esto no te derrumba emocionalmente es que no eres humano.
Pero para que seguir hablando de "Three Days", solo tienes que escucharla. "Then she did..." le sigue muy de cerca, de hecho es mi segunda preferida de la Juana. Nos inunda la calma y pacíficas líneas de bajo y de guitarra nos envuelven en una atmosfera melancólica como pocas, mientras Farrell ilumina con una de sus mejores melodías. De repente un riff de guitarra nos devuelve a la realidad de forma brusca y le da el toque serio que le faltaba al tema. Cada una de las notas que siguen, cada detallito de piano y de guitarra se clava como una navaja y es una huella imborrable. Todo es atmosfera... una atmosfera que pasa de la sutileza más pura a la catarsis sónica más contundente. La letra habla sobre el suicidio de la madre de Farrell cuando este solo tenía 4 años. No hace falta tomar LSD para hacer un viaje de 1 millón de quilómetros. Para eso ya está "Then she did...".
Toda la frescura épica de los dos temas anteriores termina con "Of Course", pero no por ello deja de ser un highlight. La música nos traslada esta vez al centro de una danza curda, en una plaza soleada decorada con telas de mil colores. Un encantador de serpientes toca la flauta y de un cesto emerge con movimientos sinuosos una gran cobra. Esa cobra es lo que el violín a la canción, el principal protagonista. Farrel canta en un tono inocente mientras la percusión lleva a cabo un acompañamiento pausado y una pandereta le da el aire folclórico, al más puro estilo hindú. El papel del violín contribuye de manera perfecta para lograr, a momentos, un clima de tensión.
Para terminar el disco no podría haber mejor canción que "Classic Girl", que es la melancolía en su mayor expresión musical. La gracia del tema (o desgracia, según como se quiera ver) es que trae de forma irremediable a la mente recuerdos del pasado. Las guitarras son de calidad Zeppeliana y la voz de Farrell te somete a una atmosfera de reflexión que aún está por ser superada en la música (NO, no exagero). También aparecen partes de percusión tribal que le dan la cara amable. El disco termina con unos finos rasgueos de guitarra. "Ritual de lo Habitual" ha terminado. John Frusciante dijo alguna vez que era el mejor disco que había escuchado en su vida, creo que tenía razón.
"Obvious" es un poco diferente. El rock desenfrenado ya no es la premisa principal sino que lo son los tintes místicos que tanto caracterizan al grupo. La voz de Farrell se funde con acordes de piano de fondo y con el prominente trabajo de Navarro, del que destaco esta vez el tono de guitarra que usa, evocando exóticos paisajes árabes. "Been Caught Stealing" es el momento más funky del disco y es quizá el tema que más éxito comercial obtuvo (pues es uno de esos temas que te alegran el día instantáneamente). La clave para que todo funcione es Perkins, con una base de batería SUPER ADICTIVA. Farrell nos narra una de sus pasiones aparte de la música: robar en grandes almacenes (merece la pena ver el videoclip para echarse unas risas).
Aquí acaba la primera parte del disco, que sin ser mediocre, pues los temas están llenos de detalles, no puede hacer competencia a los 4 últimos temas. Y es que esto es el verdadero núcleo de "Ritual de lo Habitual". El cambio radical de "Been Caught Stealing" a "Three Days" me sigue sorprendiendo hoy en día. El funk más descarado da paso a una oda elegíaca de 10 minutos monumental, que parece resumir toda la vida en unos acordes. Se trata de la historia de un fin de semana de sexo y drogas que pasaron Farrell, su novia y una tal Xiola Bleu, una amiga de Farrell que murió por sobredosis a los 19 años. El disco está dedicado a ella, y podemos ver que la conocida portada de las 3 esculturas desnudas (realizada a mano por Farrell) hace referencia directa a ese recuerdo. "Three Days" es una auténtica marea alucinógena imposible de describir (es probablemente el mejor tema de la banda). Ya ante el melancólico riff de guitarra inicial sabes que estás ante algo muy especial. Lo que fascina es la química entre los músicos, se podría decir que nunca una banda sonó tan unida, todo encaja, está perfecto tal y como está. Esta marea de cambios va "in crescendo" manteniéndote expectante, hasta la entrada del solo de Navarro. Ahh que sensación. Vaya un solo más revelador y apasionado, si esto no te derrumba emocionalmente es que no eres humano.
Pero para que seguir hablando de "Three Days", solo tienes que escucharla. "Then she did..." le sigue muy de cerca, de hecho es mi segunda preferida de la Juana. Nos inunda la calma y pacíficas líneas de bajo y de guitarra nos envuelven en una atmosfera melancólica como pocas, mientras Farrell ilumina con una de sus mejores melodías. De repente un riff de guitarra nos devuelve a la realidad de forma brusca y le da el toque serio que le faltaba al tema. Cada una de las notas que siguen, cada detallito de piano y de guitarra se clava como una navaja y es una huella imborrable. Todo es atmosfera... una atmosfera que pasa de la sutileza más pura a la catarsis sónica más contundente. La letra habla sobre el suicidio de la madre de Farrell cuando este solo tenía 4 años. No hace falta tomar LSD para hacer un viaje de 1 millón de quilómetros. Para eso ya está "Then she did...".
Toda la frescura épica de los dos temas anteriores termina con "Of Course", pero no por ello deja de ser un highlight. La música nos traslada esta vez al centro de una danza curda, en una plaza soleada decorada con telas de mil colores. Un encantador de serpientes toca la flauta y de un cesto emerge con movimientos sinuosos una gran cobra. Esa cobra es lo que el violín a la canción, el principal protagonista. Farrel canta en un tono inocente mientras la percusión lleva a cabo un acompañamiento pausado y una pandereta le da el aire folclórico, al más puro estilo hindú. El papel del violín contribuye de manera perfecta para lograr, a momentos, un clima de tensión.
Para terminar el disco no podría haber mejor canción que "Classic Girl", que es la melancolía en su mayor expresión musical. La gracia del tema (o desgracia, según como se quiera ver) es que trae de forma irremediable a la mente recuerdos del pasado. Las guitarras son de calidad Zeppeliana y la voz de Farrell te somete a una atmosfera de reflexión que aún está por ser superada en la música (NO, no exagero). También aparecen partes de percusión tribal que le dan la cara amable. El disco termina con unos finos rasgueos de guitarra. "Ritual de lo Habitual" ha terminado. John Frusciante dijo alguna vez que era el mejor disco que había escuchado en su vida, creo que tenía razón.